sábado, 25 de octubre de 2008

Todo lo que siempre quisiste saber de las plantas carnívoras, pero no te animabas a preguntar...

Se abren enormes, listas para apresar al más incauto. Son temibles y espeluznantes...

No, no se trata de ágiles felinos con enormes dientes ni de osos dispuestos a darte un zarpazo.



Son las famosas plantas carnívoras, famosas estrellas de muchas películas de Hollywood.

Todo lo que siempre quisiste saber de las plantas carnívoras, pero no te animabas a preguntar...
Las plantas, como todos los organismos, necesitan alimentarse para poder vivir. Todas las plantas fabrican su alimento a partir de la luz del sol, el dióxido de carbono del aire, el agua y los minerales del suelo, en un proceso que se llama fotosíntesis (seguro, segurísimo lo aprendiste en el colegio).

Sin embargo, las plantas carnívoras, además de obtener su alimento a través de la fotosíntesis como todas las demás, tienen gustos, como podríamos decir, algo diferentes... A estas plantas se les da por "devorar" animales. Así, complementan su dieta, que generalmente tiene pocos minerales como el nitrógeno, fósforo y calcio, sacando esos minerales de sus víctimas. Gracias a esta estrategia tan particular, pueden vivir en lugares donde pocas plantas podrían hacerlo.
¿Qué es una planta carnívora?

Para que una planta sea considerada carnívora debe cumplir tres requisitos: atraer, atrapar y digerir a la presa.

Existen algunas plantas que hacen algunas de estas cosas, pero no las tres, y por lo tanto no son carnívoras, como por ejemplo aquellas plantas que tiene flores muy vistosas o con olores muy agradables para atraer insectos o pájaros, u otras que capturan a sus presas pero no pueden digerirlas.
Recordar entonces: solamente las plantas que atraen, capturan y digieren a sus presas se llaman carnívoras.


¿Llamarlas "carnívoras" es lo mismo que "insectívoras"?

Como por lo general estas plantas comen insectos, durante mucho tiempo se las llamó "insectívoras". Hoy ya se sabe que además de insectos comen otro tipo de animales, por lo tanto es más adecuado llamarlas "carnívoras".
Pero ¿cómo cazan a sus presas, si no se pueden mover?

Adivinaste. Mediante trampas. Las plantas carnívoras tienen trampas, que son modificaciones de sus hojas, especializadas como herramientas apropiadas para cazar. Cuando una presa se apoya sobre ellas, ¡zácate!

¿Y cómo funcionan esas hojas- trampas?
• Algunas se pueden cerrar como si fueran una cajita.
• Otras tienen forma de jarro, y las presas caen dentro de ellas.

• Algunas tienen sustancias pegajosas o pelos especiales en los que las presas quedan atrapadas.




Estas plantas reconocen qué sustancia puede ser su alimento y cuál no. Por ejemplo, si se les coloca alguna partícula de origen no animal (granitos de arena, piedritas, etc.), ¡el mecanismo de captura no funciona! (si tienes una planta carnívora haz el experimento).


¿Y cómo se mueven, si no tienen músculos?

En realidad todas las plantas se mueven, pero como son movimientos muy lentos por lo general no los podemos percibir. En cambio, las plantas carnívoras tienen movimientos muy rápidos como resultado de dos tipos de mecanismos:

1 Cuando una presa se acerca, la presión del agua de las paredes internas y externas de las células de la trampa cambia, y esa diferencia hace que la trampa se cierre.


2 El segundo tipo de movimiento es provocado por el crecimiento de de las células de un lado de la hoja-trampa y el encogimiento de las del lado contrario, lo que hace que la estructura se curve hacia un lado.

por María Inés Messuti
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El zurrón que cantaba


El zurrón que cantaba

Erase una madre que no tenía más que una niña, a la que quería muchísimo, porque la niña era muy buena; por lo que le había regalado una gargantilla de coral.

Un día le dijo que fuera por un cantarito de agua a la fuente, que estaba fuera del lugar. Fue la niña, y cuando llegó a la fuente, se quitó su gargantilla de coral para que no se le cayese en el pilón a tiempo de llenar el cántaro.

Junto a la fuente estaba sentado un pordiosero viejo, muy feo, que llevaba un zurrón, y que miraba a la niña con unos ojos... que le dieron miedo; y apenas llenó el cántaro, cuando echó a correr y dejó olvidada la gargantilla.

Al entrar en su casa, la echó de menos, y se volvió apresurada a la fuente para buscarla; y cuando llegó, estaba todavía allí el viejo, que cogió a la niña y la zampó en el zurrón. En seguida, se fue a pedir limosna a una casa, diciendo que traía una maravilla, y era un zurrón que cantaba. Ya se ve; las gentes quisieron oírlo, y el viejo dijo con una voz de trueno:

Zurrón, canta;

si no te doy con esta lanza.

La pobre niña, muerta de miedo, no tuvo más remedio que ponerse a cantar, lo que hizo llorando, de esta manera:

Por agua fui a la fuente

que está fuera del lugar,

y perdí mi gargantilla,

gargantilla de coral.

¡Ay la madre de mi alma,

qué enfadada se pondrá!

Volvime luego a la fuente

por si podía encontrar

mi perdida gargantilla,

gargantilla de coral.

¡Ay la madre de mi alma,

qué apurada que estará!

No encontré mi gargantilla,

gargantilla de coral,

no encontré mi gargantilla,

y perdí mi libertad.

¡Ay la madre de mi alma,

qué afligida que estará!

Cantaba tan bien la niña, que a las gentes les gustaba mucho oírla, por lo que en todas partes le daban al viejo mucho dinero porque cantase el zurrón.

Viendo así de casa en casa, llegó a la de la madre de la niña, y conforme esta oyó el canto, conoció la voz de su hija, y le dijo al pobre:

-Tío, el tiempo está muy malo: el viento arrecia y el agua engorda; quédese usted aquí esta noche recogido, y le daré de cenar.

El pobre vino en ello, y la madre de la niña le dio tantísimo de comer y de beber, que se infló, de manera que, después de cenar, se quedó más dormido que un difunto.

Entonces sacó la madre del zurrón a su niña, que estaba el alma mía heladita y desfallecida; le dio muchos besos, bizcochos en vino, y la acostó y arropó en la cama, y en el zurrón metió a un perro y a un gato.

A la mañana siguiente dio el viejo las gracias, y se fue tan descuidado. En la primera casa que llegó dijo, como había dicho el día antes, al zurrón:

¡Zurrón, canta;

si no te doy con esta lanza!

Al punto dijo el perro:

Pícaro, viejo, uau, uau.

Y el gato:

Perverso, viejo, miau, miau.

Enojado el pobre, creyendo que así cantaba la niña, abrió el zurrón para castigarla; entonces salieron rabiando el perro y el gato, y el gato se le abalanzó a la cara y le sacó los ojos, y el perro le arrancó de un mordisco las narices, y... aunque testigo no he sido, así me lo han referido.



YO QUISIERA SER POETA

http://www.pyramid-ai.net/public/fgl/index1024.html

Espero curarme de ti.

http://es.youtube.com/watch?v=8xhpAXI6NF8


Espero curarme de ti

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: "qué calor hace", "dame agua", "¿sabes manejar?", "se hizo de noche"... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero".)

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.




De: Otro recuento de poemas



JAIME SABINES

Plan Integral para el Impulso de la Lectura en Andalucía.

http://pactoandaluzporellibro.com/portal/index

El diseño de una política eficaz en el ámbito del libro y la lectura en estos comienzos del siglo XXI requiere una reflexión previa sobre las profundas y vertiginosas transformaciones que están experimentando nuestras sociedades, pues algunos de estos cambios inciden de manera medular en las prácticas culturales de los ciudadanos. Es por tanto imprescindible tenerlos muy en cuenta a la hora de adoptar medidas estratégicas que se propongan como resultado el afianzamiento de hábitos lectores en nuestra población.

Es evidente que la revolución digital, la rápida implantación de Internet y las nuevas tecnologías, ha precipitado la transición entre la sociedad industrial y la llamada sociedad del conocimiento. Esto nos coloca ante nuevos retos que estamos obligados a resolver con equilibrio e inteligencia.

Si hemos apostado por la sostenibilidad a la hora de dotarnos de un modelo de desarrollo para la Comunidad Autónoma de Andalucía, en el ámbito del libro y la lectura apostamos por un modelo en el que coexista armónicamente el libro en su formato tradicional con los nuevos soportes de la información. En esta apuesta, instituciones culturales básicas como las bibliotecas tienen un papel crucial, ya que -como apunta Patrick Bazin- nos brindan la oportunidad de “reinventar juntos el ESPACIO PÚBLICO DEL CONOCIMIENTO”.

Es pues nuestro objetivo llevar a cabo cuantas medidas sean necesarias para adaptar la Red de Bibliotecas Públicas de Andalucía a estos nuevos retos, convirtiendo nuestras bibliotecas en instituciones verdaderamente útiles a la sociedad, espacios que albergan nuestra memoria y que a la vez nos comunican con el mundo. La extensión de los servicios bibliotecarios al cien por cien de la población de Andalucía nos permitirá acercar la cultura a cualquier punto de nuestro territorio, así como a todos los sectores de población, sean cuales fueren sus características. Uno de los objetivos que nos hemos marcado es que las Bibliotecas Andaluzas estén abiertas a todos los ciudadanos. “Bibliotecas interculturales” o “bibliotecas sin barreras” son algunos de los programas que implementaremos o pondremos en marcha para la consecución de este prioritario objetivo.

Si con la modernización de nuestras bibliotecas queremos reinventar el espacio público del conocimiento, con las acciones destinadas al fomento de la lectura o al afianzamiento de los hábitos lectores entre los ciudadanos andaluces queremos de alguna manera repensar el uso del tiempo. Si en el espacio público de la actual biblioteca deben convivir armónicamente el libro y las nuevas tecnologías, en el uso del tiempo del ciudadano del s. XXI debiera tener cabida de manera irrenunciable la lectura como fuente inagotable de formación, conocimiento y deleite.

Es imprescindible que nuestros niños y jóvenes adquieran y mantengan el hábito lector, ya que la pereza intelectual en que tiende a sumergirnos el predominio del medio audiovisual, ante el que estos sectores de población se encuentran particularmente indefensos, ha llevado a algunos sociólogos a hablar de preocupantes fenómenos de neoanalfabetismo.

Con el fin de ir tomando el pulso de manera permanente a la evolución de los hábitos lectores de los andaluces y al mundo del libro en nuestra Comunidad Autónoma, desde la Consejería de Cultura se ha puesto en marcha el “Observatorio de la Lectura”, que en este momento cuenta ya con un barómetro que nos permite una primera aproximación a esta realidad a través de datos ciertamente preocupantes.

Nuestra Comunidad Autónoma, según dicho barómetro, se situaría a cuatro puntos por detrás de la media del resto del estado en cuanto a hábitos lectores, siendo también menor el uso de la red de bibliotecas o la compra de libros, por poner sólo otros dos ejemplos. Especialmente preocupante es la situación de nuestros jóvenes, que relegan en sus hábitos de manera clara la lectura, ya que el libro no resiste la competencia ni de las nuevas tecnologías, ni de otras formas de ocio. Preocupante es también la tendencia que muestra el medio rural a quedar cada vez más alejado del urbano, sea cual sea el parámetro que manejemos. Situación ésta que debe llevarnos a concentrar nuestros esfuerzos en programas que se extiendan de manera equilibrada por todo el territorio.

También es clarificador constatar la clara preferencia de los lectores encuestados por la llamada literatura de consumo o best-seller frente a otros géneros como la novela de calidad, el ensayo o la poesía. En aras a la defensa de nuestra diversidad cultural frente a la uniformización y homogeneización que impone un mercado cada vez más globalizado, desde lo público tendremos que adoptar medidas que garanticen la producción y difusión de productos culturales de calidad, apoyando decididamente a nuestros intelectuales y creadores, que han constituido desde siempre una de las mayores fortalezas de la cultura en Andalucía.

Imprescindible resulta también el apoyo al sector editorial andaluz, que en los últimos años se nos presenta como un sector emergente, con una decidida voluntad de evolucionar en parámetros de calidad e innovación y que se está convirtiendo en fuente de empleo cualificado. Sin olvidar tampoco al sector librero, ya que nuestras librerías garantizan frente a la gran superficie, la existencia de formas culturales más complejas, ricas y plurales, que nos son cada vez más necesarias. Resumiendo, y como hemos apuntado con anterioridad, se trataría de aplicar el concepto de sostenibilidad también a la cultura.

Apostar pues, de manera decidida como se hace en este documento por el libro y la lectura, significa apostar por el ciudadano frente al mero consumidor, por un individuo preparado, libre, en permanente evolución y crecimiento personal, un sujeto con actitud crítica y criterio propio. Pues sólo así se podrá garantizar la capacidad de nuestra sociedad para adaptarse a los rápidos cambios y los permanentes retos ante los que el presente nos coloca a cada instante.

Como se recoge en el documento Estrategias y propuestas para la segunda modernización de Andalucía, nuestra tierra “ha sabido recorrer, durante los últimos años, un camino que nos ha llevado desde el subdesarrollo y la emigración hasta la más profunda transformación de nuestra infraestructura económica y social”. “Estamos obligados a plantear una Segunda Modernización de Andalucía o, si se prefiere, debemos comprometernos para hacer una segunda oleada de procesos modernizadores que den como resultado una comunidad más europea, más tolerante, más participativa; una Andalucía integradora, sin exclusiones ni marginación, con una igualdad real para mujeres y hombres; equilibrada, llena de vida, de oportunidades. En consecuencia, estamos implicados en construir una Andalucía más feliz”.

El documento que presentamos participa de lleno de estas premisas y las medidas que en él proponemos forman parte de esa necesaria “segunda oleada de procesos modernizadores”, ya que el fomento de la lectura debe estar en la base y en el corazón mismo de cualquier política cultural en una sociedad avanzada.