martes, 17 de marzo de 2009

Campanilla de invierno, Galanto, Galantus Galanthus nivalis


La flor de
Anya, la princesa de las nieves


Título original: Mori wa Ikiteiru
Año: 1980
País: Japón
Compañia: Toei Animation

Director/a: Kimio Yabuki
Productor/a:

Anya es una niña huérfana que ahora vive con una vieja mujer y su hija, las dos son seres despreciables y maltratan a Anya haciéndola trabajar duramente. Anya se entretiene con sus amigos, los animales del bosque y les dá de comer a diario, algo que la mujer y su hija ven como una perdida de tiempo. Un día, mientras la mujer y su hija salían de compras a la aldea, se enteran de que la reina ha pedido a todos que le traigan una cesta llena de galantos, una rara flor de abril que solo crece en los bosques, aunque es día de Año Viejo, y naturalmente pleno invierno, la reina promete un cesto lleno de monedas de oro al que logre presentarle lo que pide. A toda prisa, la mujer y su hija regresan a casa y envían a Anya a que vaya a buscar las flores en el bosque. Anya, que no tiene más remedio que obedecer sale en busca de las flores y se pierde en el bosque. Cree que morirá, pero por suerte encuentra, en el medio del bosque, la agradable luz de una hoguera, alrededor de ella se encuentran doce hombres. Estos se presentan como los espíritus de los doce meses, que la conocen, ya que la ven a través del año cuidando a los hambrientos animalitos. Anya les cuenta su misión y estos se ríen, diciéndole que lo que busca es algo imposible. Sin embargo, Anya sabe que no puede regresar a casa sin los galantos, por esto, el espíritu del mes de abril le pide a Enero que le preste una hora suya para que Anya pueda colectar sus flores. En seguida, las nieves se derriten y el frío desaparece. En cambio, brotan las flores y cantan los pajaritos, los galantos comienzan a brotar. Anya recoje una cesta llena y se despide entonces de los Doce Meses. Antes de irse, Abril le regala un anillo y le dice que si alguna vez necesitara de su ayuda que simplemente dijese unas palabras y ellos la ayudarían. Enero le advierte a Anya que lo que hizo normalmente hubiese estado prohibido y por lo tanto no deberá contárselo a nadie. Anya da su promesa y se va, en su camino a casa suenan las campanas anunciando el año nuevo.

Al llegar a casa, Anya se queda dormida y la hija de la mujer le roba su anillo. Al día siguiente, la mujer y su hija entregan la cesta con los galantos a la reina, contándole que las encontraron cerca de un lago redondo. La reina les ordena que la lleven al lugar donde las encontraron. La mujer y la hija se ven entonces obligadas a confesar que no fueron ellas las que encontraron las flores, sino Anya. Cuando vuelven a casa, le dicen a Anya que deberá llevar a la reina al lugar de las flores, pero ella les dice que no puede hacer eso, que en lugar irá ella misma a buscar más flores. La hija de la mujer sigue a Anya, dejando rastros con trapos viejos para que la reina pueda después seguirlas. La torpez de la muchacha hace que Anya se entere de que la habían estado siguiendo. La muchacha le dice a Anya que llorar será inútil, ya que la reina se dirije hacia el lugar y querrá ser llevada al lugar de las flores. Anya está triste, lamenta tener que romper la promesa y también lamenta haber perdido el anillo.

Poco después reaparece la hija de la mujer diciendo que encontró un lago redondo y más tarde, la reina con sus soldados hacen su aparición. La reina interroga a Anya y le ofrece numerosos regalos por haber encontrado las flores, pero Anya pide por su anillo. Aunque la hija le había dicho a Anya que la reina le había arrebatado el anillo, esta dice no saber nada. La reina obliga a la otra muchacha a que le entregue el anillo, y después le dice a Anya que se lo dará si le dice donde están las flores. Anya se niega, entonces la reina lanza el anilla al lago, pero Anya logra repetir las palabras que le había dicho el espíritu del més de Abril a tiempo. Entonces, una vez más el invierno desaparece, una fuerte ventisca se lleva a Anya, aparece la primavera, luego el verano, el otoño y por fín el invierno. Peleándose por un manto, la mujer y su hija son convertidas en perros. Luego, los soldados y la reina ven a una gran hogera y alrededor de ella, doce hombres. Entre ellos, vistiendo un majestuoso y cálido manto y montada en un lujoso trineo, está Anya. El manto y el trineo son regalos para Anya por haber mantenido su palabra. La reina pide disculpas a Anya por haberse portado tan mal, ella también recibe un manto. Anya está triste por lo que les pasó a la mujer y a su hija, pero Enero la consuela diciéndole que si se portan bien durante tres años, que lo vayan a ver en año nuevo y el hechizo acabará. Todos regresan a la ciudad en el trineo de Anya. La reina aprende que la bondad siempre triunfa.

Wim Wenders: "Nada de lo que está hecho sin amor sobrevivirá"

Madredeus presenta en Lisboa su nuevo trabajo "Metafonia" | soitu.es

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lunes, 16 de marzo de 2009

Terapia dominical

EL RAYO VERDE


Los días tienen otra perspectiva cuando espera, al final, un buen libro. El cansancio, los conflictos, las miserias propias y ajenas desaparecen y uno comienza a sentirse como en casa, según la feliz frase de Steiner, al abrir sus páginas. Con la que está cayendo, más que nunca la literatura es una terapia, un refugio, un consuelo y un gustazo. Este domingo en el que la primavera brota tan esplendorosa después de los temporales que nos han machacado estos últimos meses, leer, y hablar de libros, es lo mejor que se me ocurre para ofrecer a quienes se acercan a este rincón, porque pocos temas hay más estimulantes, a mi juicio, que desatar la pasión lectora, dar noticia de los descubrimientos más recientes o recibir pistas de otros territorios por explorar. Los que compartimos esta pequeña debilidad podemos comprender que Chesterton, en un artículo titulado Lectura y locura -que da nombre a un libro exquisito que me regaló mi hija María estos Reyes por consejo de mi sabio librero, por cierto- llegue a decir que la biblioteca del Museo Británico «además de sus múltiples servicios, desempeña muchas de las funciones de un sanatorio mental». La mía, sin duda.
15.03.2009 -http://www.lavozdigital.es/cadiz/prensa/20090315/opinion/terapia-dominical-20090315.html