miércoles, 25 de febrero de 2009

Susi By José Saramago

Si yo pudiera, cerraría todos los zoológicos del mundo. Si yo pudiera, prohibiría la utilización de animales en los espectáculos de circo. No debo ser el único que piensa así, pero me arriesgo a recibir la protesta, la indignación, la ira de la mayoría a los que les encanta ver animales detrás de verjas o en espacios donde apenas pueden moverse como les pide su naturaleza. Esto en lo que tiene que ver con los zoológicos. Más deprimentes que esos parques, son los espectáculos de circo que consiguen la proeza de hacer ridículos los patéticos perros vestidos con faldas, las focas aplaudiendo con las aletas, los caballos empenachados, los macacos en bicicleta, los leones saltando arcos, las mulas entrenadas para perseguir figurantes vestidos de negro, los elefantes haciendo equilibrio sobre esferas de metal móviles. Que es divertido, a los niños les encanta, dicen los padres, quienes, para completa educación de sus vástagos, deberían llevarlos también a las sesiones de entrenamiento (¿o de tortura?) suportadas hasta la agonía por los pobres animales, víctimas inermes de la crueldad humana. Los padres también dicen que las visitas al zoológico son altamente instructivas. Tal vez lo hayan sido en el pasado, e incluso así lo dudo, pero hoy, gracias a los innúmeros documentales sobre la vida animal que las televisiones pasan a todas horas, si es educación lo que se pretende, ahí está a la espera.

susi_336Se podrá preguntar a propósito de qué viene esto, y responderé ya. En el zoológico de Barcelona hay una elefanta solitaria que se está muriendo de pena y de las enfermedades, principalmente infecciones intestinales, que más pronto o más tarde atacan a los animales privados de libertad. La pena que sufre, no es difícil imaginarlo, es consecuencia de la reciente muerte de otra elefanta que con la Susi (este es el nombre que le pusieron a la triste abandonada) compartía en un más que reducido espacio. El suelo que pisa es de cemento, lo peor para las sensibles patas de estos animales que tal vez tengan todavía en la memoria la blandura del suelo de las sabanas africanas. Sé que el mundo tiene problemas más graves que estar ahora preocupándonos con el bienestar de una elefanta, pero la buena reputación de que goza Barcelona comporta obligaciones, y ésta, aunque pueda parecer una exageración mía, es una de ellas. Cuidar a Susi, darle un fin de vida más digno que verla acantonada en un espacio reducidísimo y teniendo que pisar ese suelo del infierno que para ella es el cemento. ¿A quién debo apelar? A la dirección del zoológico? ¿Al ayuntamiento? ¿A la Generalitat?

Postdata: Dejo aquí una foto. Igual que en Barcelona hay grupos – gracias - que se apiadan de Susi, en Australia también un ser humano se ha compadecido de un marsupial, víctima de estos últimos incendios. La foto no puede ser más emocionante.

koala

lunes, 23 de febrero de 2009

El valor de la lectura


Introducción


Aunque todos tenemos numerosas intuiciones sobre las ventajas que la lectura puede reportar a los niños, conviene que las repasemos pausadamente para ampliar nuestras perspectiva, clarificar dudas y redoblar nuestro convencimiento de que fomentando en nuestros hijos el gusto por la lectura les estamos haciendo uno de los regalos más hermosos que podemos ofrecerles.

Vaya aquí un surtido y vitamínico ramillete de argumentos para convencer a los detractores de las riquezas de la lectura. Empléelo cada uno sin fundamentalismos, con la humildad de quien se siente tocado por la magia de la lectura, al tiempo que acepta que otros puedan sentir otras vibraciones hacia la palabra escrita.


¿Qué aporta la lectura al lector?



1. Enriquece al niño en todos los aspectos de su persona: desde lo intelectual a lo afectivo, lo emocional, lo íntimo, lo onírico e incluso lo irreal.

2. La literatura es una fuente enriquecedora por el valor artístico que en ella adquiere el lenguaje.

3. Le prepara para la lectura de aprendizaje: si el muchacho disfruta de las fantásticas aventuras que se esconden en la Literatura Infantil también será capaz de estudiar con suficiente atención teoremas y teorías, ideas e ideologías, historias y filosofías que estén en otra onda a la de sus gustos, sus intereses y sus motivaciones.

4. Aporta un amplísimo horizonte de fantasía y sueños, una estimulante mezcla de conjuros mágicos que permiten abrir mil puertas y descubrir infinitos mundos.

5. Hace al lector flotar, reír, soñar, descubrir, acercarse a lo lejano en el tiempo y en el espacio, ponerse en la piel de otras personas, sufrir con ellas, alegrarse con sus éxitos, emocionarse con sus descubrimientos…

6. Le ayuda a entender y en parte a solucionar sus problemas psicológicos y afectivos (miedos, complejos, celos...). No podemos esperar que la literatura haga milagros y retire las piedras del camino vital de nuestros hijos, pero sí le permitirán serenar su frustración o su pena demostrándoles que no está solo, que lo que le ocurre es natural, que hay otros muchos niños que pasan por sus avatares.

7. Despierta su imaginación, su fantasía y potencia su creatividad: si le ofrecemos libros como La historia interminable (Ende), El manual de monstruos domésticos(Marijanovic) o El erizo de mar(Iela Mari), no sólo gozarán sino que potenciarán los músculos de su imaginación.

8. Favorece el desarrollo de su espíritu crítico y de su capacidad de razonar, provocando y orientando la reflexión y el cultivo de la inteligencia.

9. Aviva su sentido estético y su capacidad de apreciar y disfrutar de lo bello.

10. Contribuye a su crecimiento en libertad: en la medida en que le dejemos elegir sus lecturas y en la medida en que la oferta que pongamos a su alcance sea plural en los enfoques, las estéticas, las épocas, los conflictos y los caracteres y reacciones de los personajes.

11. Leer estimula las capacidades lingüísticas:

  • Enriquece el vocabulario y el uso de las estructuras del idioma y, en consecuencia, desarrolla la capacidad de expresión, tanto oral como escrita.
  • Perfecciona el conocimiento ortográfico: al ver la forma correcta de escribir cada palabra, su cerebro, inconscientemente, se impregna de información que luego le permitirá ser más certero al escribir.
  • Se familiariza, poco a poco, con las estructuras propias de los diferentes géneros y estilos literarios. Por ejemplo, siempre que una lectura comience por «érase una vez…» sabrá que está abriendo el tarro de las esencias de un hermoso cuento y se situará ante él con una predisposición muy diferente a la que le invitará un texto estructurado en líneas cortas (versos), porque adivinará que está introduciéndose en un poema.

12. A través de la narración o lectura en voz alta, se potencia la capacidad de escucha, que amplía la atención y es tan importante en toda comunicación.

13. Las lecturas compartidas estrechan los lazos afectivos y favorecen la expresión espontánea de los sentimientos y las emociones.

14. Los cuentos nos enseñan sobre la condición humana: descubrimos el valor de la generosidad, la justicia, la esperanza. Pero también el odio, la ruindad, la violencia, la injusticia. Por eso debemos ofrecer libros con personajes bien perfilados, con caracteres coherentes, con comportamientos y personalidades variadas, no sólo «buena gente», porque en la vida real el niño encontrará de todo y la literatura puede ayudarle a relacionarse.

15. El niño amplía su mundo interior, adquiere conocimientos de todo tipo (no sólo intelectuales, también morales y afectivos). Si los libros a los que se va asomando son atractivos y satisfacen sus deseos íntimos (sean estos recreativos, cognitivos o sociales), se favorecerá su gusto por conocer, descubrir y profundizar en la lectura para obtener nuevas prebendas.

16. El libro acerca al niño el mundo de los adultos, le muestra sus estructuras, sus convencionalismos, sus valores y contravalores, sus hipocresías e incoherencias, y le sirve como estímulo para crecer en lo íntimo, en lo afectivo y en lo intelectual.

17. Se desarrolla la memoria, porque el lenguaje artístico despierta, una y otra vez, las imágenes que se van atesorando en la memoria y que producen un deleite al espíritu.

18. Afianza el proceso de madurez a través del desarrollo de la autonomía intelectual del niño, por lo que se convierten en garantía de la libertad personal del lector que puede manejar la historia a su antojo y en función de sus necesidades intelectuales y afectivas.

19. El libro es un fabuloso instrumento para una permanente formación intelectual, moral, afectiva y estética del niño.

20. Aumenta la lógica, al presentar sucesión de ideas, encadenadas con coherencia tanto en lo temporal, en lo espacial y lo narrativo.

21. Facilita la comunicación: cuando el libro toca al niño, cuando se acomoda en su interior dejando un poso de efectividad (intelectual o afectiva), corre a compartirlo con un ser querido.

22. Posibilita la desinhibición: muchos niños tienen problemas relacionales que se traducen en inseguridad, dependencia del adulto, incomunicación y, en casos extremos, agresividad. La lectura les puede ayudar a desinhibirse, al menos interiormente y eso les permitirá liberar parte de su frustración.

23. Ayuda a descubrir los propios sentimientos: en ocasiones el niño no termina de identificar o aceptar sus sentimientos; sabe que le está pasando algo, que en su interior crece el desasosiego o la euforia y se siente confuso porque son emociones novedosas. Incluso puede suceder que el niño haya recibido una educación excesivamente restrictiva y punitiva y eso le mueva a «satanizar» esos sentimientos emergentes. La lectura le puede ayudar a entenderse y a aceptar lo que hierve en su interior.

24. Acentúa el gusto por estar solo: aunque defendemos las lecturas compartidas como intercambio de nutrición afectiva, reconocemos que la peculiaridad intrínseca de la lectura es su condición de solitaria. Lo natural es leer a solas con uno mismo, buscando la postura, la ubicación, la disposición emocional, intelectual y física deseada, huyendo de todo aquello que turbe nuestro recogimiento interior y que vaya a impedir nuestro disfrute absoluto. Si el niño logra abstraerse del mundo que le rodea con un libro en las manos es porque está navegando a miles de leguas de aquí, porque el libro ha logrado ayudarle a trascender el espacio y el tiempo.

25. Fomenta el ocio creativo y constructivo: uno de los dramas de nuestras sociedades urbanas es que los niños y jóvenes cada vez encuentran menos espacios para desarrollar su ocio. El empeño de los padres en que aprendan de todo (kárate, inglés, informática, ballet, danzas orientales, piano…) y la vergonzosa presión de los deberes escolares incitan al niño a amuermarse y ralentizar sus actividades libres en busca de un poco de sosiego. Los libros pueden abrir una ventana por la que penetre algo de creatividad y que despierte nuevos intereses y aficiones.

Kepa Osoro

MIS PRIMERAS LECTURAS

domingo, 22 de febrero de 2009

Los últimos días de Antonio Machado


Hoy se cumplen 70 años de la muerte del poeta. El cuaderno de su hermano José desvela sus anotaciones finales Machado.



LUIS DÍEZ - Madrid - 22/02/2009 08:00

Tal día como hoy, hace 70 años, murió en el destierro de Collioure (Francia) el poeta Antonio Machado. Salía desde Cataluña hacia Francia junto con miles de republicanos derrotados que formaban aquella inmensa columna, todavía hostigada por la aviación alemana al servicio de Franco. Iba con su anciana madre, con su hermano José y la compañera de este. En un cuaderno de notas poco conocido y apenas difundido, José, que era pintor, relata los últimos días del poeta.

Cuenta José las penalidades del camino hasta llegar a la localidad de Cerbére, donde se refugiaron en la cantina de la estación. "Allí el espectáculo que se ofrecía a los ojos era desolador. Los españoles caídos y deshechos, sin dinero, éramos tratados por los mozos de aquel establecimiento con tan innoble y repugnante desprecio, que lo primero que preguntaban era si teníamos dinero con que pagar. En caso negativo, no daban ni un vaso de agua. Esto sucedía en la cantina.

En los andenes de la estación, todavía peor, porque se sufría el acoso de los gendarmes, que no se ocupaban más que de formar las levas para los campos de concentración, separando a los hijos de los padres y a las mujeres de los maridos. Y todo esto de la manera más bárbara y brutal".

Tras su muerte, su hermano José encontró un papel con las últimas anotaciones del poeta

En el cuaderno de notas que escribió, ya en Chile, para sus hijas y su hermano Manuel, añade José que "fue un verdadero milagro que escapásemos a las garras de estos esbirros, verdadera vergüenza de la especie humana". Se refugiaron en un vagón arrumbado en vía muerta. "Así fue la entrada del poeta Antonio Machado y la madre, en Francia, gravemente enfermos y sin un solo franco en el bolsillo: casi desnudos, como los hijos de la mar".

Con el horizonte cerrado

Al atardecer del día siguiente, cambió su suerte. "Corpus Barga, uno de los mejores amigos que nos acompañaron en el éxodo, logró llegar a Perpigñan, y regresó (con posibles) para llevarnos al cercano pueblo de Collioure.

El comportamiento de este generoso amigo llegó hasta el punto de coger en brazos a nuestra madre y llevarla desde la estación al pueblo por la ancha calle que lo cruzaba y que terminaba en el mar. Por allí marchamos todos con ellos. Siguiendo este camino, llegamos a la plaza principal, donde, ante un pequeño arroyuelo, se levanta el pequeño hotel Bougnol-Quintana, en el que quedamos alojados".

El último verso de Machado decía así: «Estos días azules y este sol de la infancia»

Era la noche del 28 de enero y aquella sería la ultima morada del poeta. Recibió, del secretario de la embajada española en París, los medios para hacer frente a las necesidades más apremiantes. "Transcurrieron unos días añade José en los que el reposo material pareció aliviarle la afección del corazón. No obstante veía claramente que se aproximaba el final de su vida. Pensándolo decía: Cuando ya no hay porvenir, por estar cerrado el horizonte a toda esperanza, es ya la muerte lo que llega".

"No podía sobrevivir a la pérdida de España. Tampoco, sobreponerse a la angustia del destierro. Este fue el estado de su espíritu el tiempo que aún vivió en Collioure. Sin embargo, unos días antes de su muerte, me dijo ante el espejo, mientras trataba en vano de arreglar sus desordenados cabellos: Vamos a ver el mar.

Esta fue su primera y última salida. Nos encaminamos a la playa. Allí nos sentamos en una de las barcas que reposaban sobre la arena. El sol de mediodía no daba casi calor. Era en ese momento único en que se diría que el cuerpo entierra su sombrabajo los pies".

Al cabo de un largo rato, el poeta, señalando una de las humildes casitas de pescadores, le dijo a su hermano: "¿Quién pudiera vivir tras una de esas ventanas, libre ya de toda preocupación". Después se levantó trabajosamente y, en silencio, regresaron al hotel. Dos días antes de su muerte, escribió una carta a su querido amigo Luis Santullano. Ya inmóvil, en la cama, la muerte le sobrevino la tarde del 22 de febrero, miércoles de ceniza.

«No podía sobrevivir a la pérdida de España ni sobreponerse a la angustia del destierro»

"La noticia se propagó rapidísimamente añade José, y en las primeras horas de la mañana siguiente recibí una emocionada carta del insigne escritor Jean Cassou, solicitando en su nombre y en el de los escritores franceses, que el entierro se verificase en París. Pero, agradeciendo infinito este homenaje de la Francia inmortal, decliné tan grande honor, pues, aunque en esos momentos estaba lejos de los demás hermanos, creí interpretar así los sentimientos de todos, mirando más que nada la sencilla y austera manera de ser del poeta. Y así preferimos que durmiese el último sueño en el sencillo pueblo de pescadores de Collioure".

Y añade José que al entierro se sumó todo el pueblo, con su alcalde a la cabeza. "Pero lo más emocionante fue que seis milicianos, envolviendo el féretro con la bandera de la República española, lo llevaron en hombros hasta el cementerio. Y téngase en cuenta que para realizarlo tuvieron que escapar de la implacable vigilancia del tristemente famoso castillo de Collioure, donde con tan injusto rigor se les trataba".

Madre y niña

Quedó el poeta en la tumba de la familia de una buena señora, amiga íntima de la dueña del hotel. La madre, muy enferma y agotada, yacía en la cama. "Volviendo por un momento a la realidad, me preguntó llena de angustia, mirando al lecho que había quedado vacío: ¿Qué ha sucedido? Traté de ocultárselo. Pero a una madre no se la engaña y rompió a llorar como una pobre niña. Dos días después, sus bellos dulces ojos se nublaron para siempre".

Algunos días después, José halló un papel arrugado en el gabán del poeta. En él había escrito a lápiz tres anotaciones. "La primera reproducía en inglés las palabras con las que comienza el famoso diálogo de Hamlet: "Ser o no ser". La segunda tenía sólo un renglón. Pero en este renglón se veía escrito el último verso que escribió en su vida. Dice así: "Estos días azules y estesol de la infancia".

Y en la tercera y última, Antonio Machado reproducía completos estos versos suyos, ya publicados, pero en los que introducía unacorrección:

"Y te daré mi canción:

Se canta lo que se pierde

con un papagayo verde

que la diga en tu balcón"

La corrección consistía en decir "te daré" en vez de "te enviaré o te mandaré mi canción".


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